Tips, tips y mas tips:
Tips para madres e hijas:
- Ante todo, respeto mutuo. Es común que madres e hijas quieran imponerle a la otra su punto de vista, pero si ambas se aceptan como seres independientes y se convencen de que la otra pueda tener opiniones distintas sin que eso cambie su amor por ella, los conflictos tenderán a desaparecer.
- Habla con ella. Muchas diferencias podrían saldarse si tan sólo se pudiera hablar de ellas, pero desafortunadamente la comunicación no es el fuerte de todas nuestras relaciones y precisamente por ello es necesario desarrollarla. La comunicación se da a lo largo de toda la vida y no puede ser sustituida por una sola sesión para tratar sus diferencias. Las mejores conversaciones ocurren a pedacitos y a lo largo de los años.
- Aprende a escuchar. Las madres y las hijas son personas distintas y necesariamente tienen perspectivas diferentes acerca de las cosas. Aprender a compartir y respetar esas diferencias puede enriquecer a ambas y fortalecer su relación.
- Desarrolla tu tolerancia a la ambivalencia. Los sentimientos contradictorios entre madres e hijas son bastante normales, sobre todo cuando existen conflictos. Es posible lidiar con esos sentimientos en la medida que ambas se den la oportunidad de hablar abiertamente de lo que les molesta sin ofenderse y tratando de cuidar su relación.
- Dile a tu madre o a tu hija cuánto la quieres, admiras y respetas. Es una cuestión casi universal: tanto las hijas como las madres dan por sentado su cariño hacia la otra porque está ahí y nadie lo cuestiona. No obstante, tener gestos de cariño y decirse lo mucho que se quieren es importante porque pone en evidencia la fuerza de este vínculo.
- Disfrutar la compañía. Así como hay muchas cosas que pueden separarlas, las madres y las hijas comparten un montón de cosas que las hacen disfrutar cuando están juntas. Concentrarse en lo que las une y no sólo en lo que las separa, puede ayudarlas a mejorar su relación.
Tips para hijas:
- Acepta a tu madre como una persona con defectos. No le pidas que sea perfecta. Quizá una de sus fallas sea que no te entiende tan bien como te gustaría, pero eso no cambia su amor por ti.
- Piensa y actúa como adulta. Esto significa verte como persona aparte de tu madre e implica no culparla por tus problemas ni buscarla siempre para que te resuelva la vida. Recuerda que ser una persona adulta significa hacerse responsable de lo que una hace.
- Valora su experiencia. Si bien muchas cosas cambian con el tiempo, hay constantes en la vida. Aunque las advertencias maternas suelen echarse en saco roto durante la juventud, las personas maduras se caracterizan por su capacidad de revalorar aquello que en otro momento habían ignorado.
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